sábado, 4 de julio de 2015

Actos del habla
John Searle (1969)

“Hablar consiste en realizar actos conforme a reglas.
 J. Searle

     A menudo en nuestras interacciones sociales nos preguntamos cuán eficientes somos a la hora de comunicarnos, es decir, nos podemos plantear la pregunta de qué estamos haciendo cuando interactuamos. Cabe preguntarse si realmente estamos utilizando el lenguaje para lograr los fines que nos proponemos. Por ello, resulta interesante graficar con palabras la teoría de los actos de habla. Postulados teórico que originariamente nos propusiera John Austin, filósofo del lenguaje, y luego ampliado por John Searle cuando trabajó lo relativo a los actos ilocucionarios. A continuación se presenta un resumen esquematizado de éste último autor, a partir del artículo de la insigne investigadora venezolana Iraida Sánchez de Ramírez, mimbro número de la Academia Nacional de la Lengua Española Venezolana. Artículo que publicó en la Revista Letras, número 51-52, titulado Austin y Searle, dos filósofos del lenguaje, revista del IVILLAB en Caracas, Venezuela.
Teoría de actos de habla
     Los postulados teóricos de Austin condujeron al desarrollo de la pragmática como disciplina concebida para el estudio de la dimensión ilocucionaria del lenguaje, es decir, para elaborar una teoría de las fuerzas, Austin sugirió dos líneas de investigación:
1.     La clasificación de las fuerzas ilocucionarias y la determinación de las clases de acciones que realizamos lingüísticamente.
2.     La elaboración de una teoría de la fuerza ilocucionaria
     Searle (1969:21) se plantea como hipótesis el hecho de que “hablar un lenguaje es participar en una forma de conducta gobernada por reglas.
Por esta razón, se propone una tricotomía. Al respecto, expone que al emitir las oraciones:
a)     María camina habitualmente
b)    ¿María camina habitualmente?
c)     María, ¡camina habitualmente!
     Comporta la realización de:
·         Acto de enunciación.
·         Acto proposional.
·         Acto ilocucionario.
Clasificación de las fuerzas ilocucionaria
     Searle establece una taxonomía con base en tres criterios:
1.     El punto ilocucionario: es el propósito del acto, es decir, lo que el emisor pretende lograr del receptor con acción lingüística.
2.     La dirección de adecuación: se relaciona con el hecho de que muchos actos tienen como parte de su punto hacer que las palabras se correspondan con el mundo (afirmaciones), en tanto que otros tratan de que el mundo se transforme de conformidad con las palabras (promesas, ordenes).
3.     Las condiciones de sinceridad o estados psicológicos: son necesarios para que el acto sea genuino y sincero, además de que son inherentes al acto, forman parte de que son inherentes al acto, forman parte de su definición, la intención está presente en las promesas y voluntad en las ordenes. 
    Sobre la base de tales criterios, Searle distingue cinco tipos de actos ilocucionarios:
1.     Actos representativos: tienen como punto comprometer al hablante con la verdad de la proposición que expresa. Su dirección de adecuación es la de palabras-mundo, es decir, implican una correspondencia entre las palabras y la realidad, y su condición de sinceridad es la convicción: afirmaciones, descripciones y explicaciones.
2.     Actos directivos: poseen como punto ilocucionario intentar un cambio de conducta en el destinatario. La dirección de adecuación es de mundo-a-palabras, esto implica que se pretende que el mundo se ajuste a lo que propone el emisor mediante el enunciado y la condición de sinceridad es la volición: la voluntad de que se realice el acto: ordenes, solicitudes, consejos, ruegos e invitaciones,
3.     Actos de compromisos: tienen el propósito (punto) el comprometer al hablante con la acción futura. La dirección de adecuación es también de mundo-a-palabras de su condición de sinceridad es la intención: promesas, ofertas, apuestas, garantías, entre otros.
4.     Actos expresivos: el punto ilocucionario es exteriorizar el estado psicológico del hablante acerca de algo que se expresa en la proposición. En este tipo de acto la dirección de adecuación es nula: condolencias, disculpas, felicitaciones, agradecimientos.
5.     Actos declarativos: se caracterizan porque la ejecución del acto de habla da como resultado una correspondencia entre contenido proposional y el mundo. Instauran una realidad por medio del lenguaje. Las declaraciones son bidireccionales: el mundo se adecua a las palabras y las palabras al mundo. No tienen una condición de sinceridad específica, pero si un rasgo que distingue de otras clases de actos.
      Searle distingue otros dos tipos de condiciones:
1.     Las preparatorias: tienen que ver con las suposiciones que se hacen sobre los conocimientos, intereses y actitudes del interlocutor. Por ejemplo, para ejecutar un acto representativo hay que suponer que el destinatario desconoce la información; para realizar una promesa hay que suponer que el receptor tiene interés en el compromiso que el emisor asume.
2.     El contenido proposional: se relaciona con las restricciones sobre lo que se puede decir. Por ejemplo, el contenido de una afirmación tiene que ser un suceso o estado constatable o un saber socialmente compartido, mientras que una orden se refiere a la acción futura del emisor.
Elaboración de una teoría de la fuerza
     Una fuerza ilocucionaria es un complejo formado por siete elementos:
1.     El punto ilocucionario: es el propósito del acto.
2.     El grado de intensidad del punto ilocucionario: es el que determina la diversidad de matices que puede haber entre fuerzas similares tal como solicitar y exigir, prometer y jurar.
3.     El modo de logro: es el elemento que tiene que ver con la actitud humilde que supone rogar o la actitud autoritaria que supone ordenar.
4.     Las condiciones sobre el contenido proposional.
5.     Las condiciones preparatorias.
6.     Las condiciones de sinceridad.

7.     El grado de intensidad de las condiciones de sinceridad: como por ejemplo una suposición y una afirmación suponen diferentes grados de convicción, mientras que una petición y una exigencia suponen distintos grados de intensidad.
                                                                                                          Diagramado con fines académicos
por Yeceenys Ramírez