Actos del habla
John
Searle (1969)
“Hablar consiste
en realizar actos conforme a reglas.
J. Searle
A menudo en nuestras interacciones
sociales nos preguntamos cuán eficientes somos a la hora de comunicarnos, es
decir, nos podemos plantear la pregunta de qué estamos haciendo cuando
interactuamos. Cabe preguntarse si realmente estamos utilizando el lenguaje
para lograr los fines que nos proponemos. Por ello, resulta interesante
graficar con palabras la teoría de los actos de habla. Postulados teórico que
originariamente nos propusiera John Austin, filósofo del lenguaje, y luego
ampliado por John Searle cuando trabajó lo relativo a los actos ilocucionarios.
A continuación se presenta un resumen esquematizado de éste último autor, a
partir del artículo de la insigne investigadora venezolana Iraida Sánchez de
Ramírez, mimbro número de la Academia Nacional de la Lengua Española Venezolana.
Artículo que publicó en la Revista Letras, número 51-52, titulado Austin y Searle,
dos filósofos del lenguaje, revista del IVILLAB en Caracas, Venezuela.
Teoría
de actos de habla
Los postulados teóricos de Austin
condujeron al desarrollo de la pragmática como disciplina concebida para el
estudio de la dimensión ilocucionaria del lenguaje, es decir, para elaborar una
teoría de las fuerzas, Austin sugirió dos líneas de investigación:
1. La
clasificación de las fuerzas ilocucionarias y la determinación de las clases de
acciones que realizamos lingüísticamente.
2. La
elaboración de una teoría de la fuerza ilocucionaria
Searle
(1969:21) se plantea como hipótesis el hecho de que “hablar un lenguaje es
participar en una forma de conducta gobernada por reglas.
Por esta razón, se propone una tricotomía. Al respecto,
expone que al emitir las oraciones:
a) María
camina habitualmente
b) ¿María
camina habitualmente?
c) María,
¡camina habitualmente!
Comporta la
realización de:
·
Acto de enunciación.
·
Acto proposional.
·
Acto ilocucionario.
Clasificación
de las fuerzas ilocucionaria
Searle
establece una taxonomía con base en tres criterios:
1.
El
punto ilocucionario: es el propósito del acto, es decir, lo que
el emisor pretende lograr del receptor con acción lingüística.
2.
La
dirección de adecuación: se relaciona con el hecho de que
muchos actos tienen como parte de su punto hacer que las palabras se
correspondan con el mundo (afirmaciones), en tanto que otros tratan de que el
mundo se transforme de conformidad con las palabras (promesas, ordenes).
3. Las condiciones de sinceridad o estados
psicológicos: son necesarios para que el acto sea genuino
y sincero, además de que son inherentes al acto, forman parte de que son
inherentes al acto, forman parte de su definición, la intención está presente
en las promesas y voluntad en las ordenes.
Sobre la base
de tales criterios, Searle distingue cinco tipos de actos ilocucionarios:
1.
Actos
representativos: tienen como punto comprometer al hablante
con la verdad de la proposición que expresa. Su dirección de adecuación es la
de palabras-mundo, es decir, implican una correspondencia entre las palabras y
la realidad, y su condición de sinceridad es la convicción: afirmaciones,
descripciones y explicaciones.
2.
Actos
directivos: poseen como punto ilocucionario intentar un cambio de
conducta en el destinatario. La dirección de adecuación es de mundo-a-palabras,
esto implica que se pretende que el mundo se ajuste a lo que propone el emisor
mediante el enunciado y la condición de sinceridad es la volición: la voluntad
de que se realice el acto: ordenes, solicitudes, consejos, ruegos e
invitaciones,
3.
Actos
de compromisos: tienen el propósito (punto) el comprometer
al hablante con la acción futura. La dirección de adecuación es también de
mundo-a-palabras de su condición de sinceridad es la intención: promesas,
ofertas, apuestas, garantías, entre otros.
4.
Actos
expresivos: el punto ilocucionario es exteriorizar el estado
psicológico del hablante acerca de algo que se expresa en la proposición. En
este tipo de acto la dirección de adecuación es nula: condolencias, disculpas, felicitaciones,
agradecimientos.
5. Actos declarativos: se
caracterizan porque la ejecución del acto de habla da como resultado una
correspondencia entre contenido proposional y el mundo. Instauran una realidad
por medio del lenguaje. Las declaraciones son bidireccionales: el mundo se
adecua a las palabras y las palabras al mundo. No tienen una condición de
sinceridad específica, pero si un rasgo que distingue de otras clases de actos.
Searle
distingue otros dos tipos de condiciones:
1. Las preparatorias:
tienen que ver con las suposiciones que se hacen sobre los conocimientos,
intereses y actitudes del interlocutor. Por ejemplo, para ejecutar un acto
representativo hay que suponer que el destinatario desconoce la información;
para realizar una promesa hay que suponer que el receptor tiene interés en el
compromiso que el emisor asume.
2. El contenido proposional: se
relaciona con las restricciones sobre lo que se puede decir. Por ejemplo, el
contenido de una afirmación tiene que ser un suceso o estado constatable o un saber
socialmente compartido, mientras que una orden se refiere a la acción futura
del emisor.
Elaboración
de una teoría de la fuerza
Una fuerza ilocucionaria es un complejo
formado por siete elementos:
1. El
punto ilocucionario: es el propósito del acto.
2.
El grado de intensidad del punto
ilocucionario: es el que determina la diversidad de matices que puede haber
entre fuerzas similares tal como solicitar y exigir, prometer y jurar.
3.
El modo de logro: es el elemento que tiene
que ver con la actitud humilde que supone rogar o la actitud autoritaria que
supone ordenar.
4.
Las condiciones sobre el contenido
proposional.
5.
Las condiciones preparatorias.
6.
Las condiciones de sinceridad.
7.
El grado de intensidad de las condiciones de
sinceridad: como por ejemplo una suposición y una afirmación suponen diferentes
grados de convicción, mientras que una petición y una exigencia suponen
distintos grados de intensidad.
Diagramado con fines académicos
por Yeceenys Ramírez